Materiales utilizados en la construcción del Aeropuerto Barajas de Madrid
Normalmente los edificios de las terminales de los grandes aeropuertos se encuentran rodeados de elementos secundarios, tales como estacionamientos de vehículos, hoteles, central eléctrica, etcétera. La terminal de Barajas integra dichas estructuras previas de modo tal que no perturben en ningún momento la percepción y lectura del conjunto, y a su vez integre el paisaje, consiguiendo así una imagen distinta que expresa su carácter local y homogéneo. Por otro lado la secuencia que los cañones establecen incorpora linealmente el paisaje al espacio interior.
Con respecto al suelo, en la planta superior a lo largo de toda la galería, los tubos de respiración han sido revestidos con carcazas de acero inoxidable para que al recubrirlo diera una sensación más elegante. En la zona de cintas concretamente, las ventilaciones cogen una forma futurista, lacadas en blanco con 6 salidas remarcadas en acero pavonado.
El marco estructural al que pertenece, es de hormigón armado y acero corrugado, revestido con grandes cristaleras que permiten una clara visión de las pistas y los aviones. En las plantas inferiores los contrafuertes, las vigas de acero, y los demás sistemas estructurales básicos han quedado a la vista de todos, logrando formar parte con la decoración del aeropuerto, al igual que el hormigón. Las zonas de cintas de equipaje, más oscuras y encerradas que las superiores están iluminadas por numerosos puntos de luz rodeados de grandes pantallas metálicas de color blanco que cuelgan del techo de vigas.
El techo está colocado estratégicamente sobre unos “árboles” estructurales formados por tubos de acero inoxidable que son pintados de diferentes colores de tonos graduados. Estos colores son: azul, rojo y amarillo a través de una galería de 1,2 kilómetros de largo. Tratan de dar calidez y buena acogida a los visitantes que van y vienen a España, aportando también brillo a la construcción.